CUIDADO Y MANTENIMIENTO
Desde ANDINA queremos agradecerte por elegir una de nuestras alfombras. Para ayudarte a mantenerla de la mejor manera posible y durante la mayor cantidad de años, te dejamos una serie de datos útiles y consejos para su mantenimiento.
Cualquier duda que tengas, no dudes en escribirnos a [email protected]
Alfombras
Cada alfombra de ANDINA está tejida a mano con fibras naturales y técnicas ancestrales. Un cuidado adecuado ayudará a mantener su belleza e integridad a lo largo del tiempo.
La acumulación de suciedad y el tráfico constante de personas sobre la alfombra provoca la rotura prematura de las fibras de la lana, reduciendo drásticamente la vida útil de la alfombra.
Te recomendamos aspirar regularmente la alfombra, y cuanto mayor sea el tráfico que recibe, mayor tendría que ser la frecuencia de aspirado.
Éste debe ser suave, sin fricción y sin cepillo, intentando que la potencia no sea muy fuerte y siempre siguiendo la dirección del tejido. Hacelo con cuidado y recordó aspirar ambos lados de la alfombra.
La alfombra jamás debe ser lavada con agua, ni en lavarropas ni a mano. Ésto podría provocar perdida del color y deformación de la alfombra. La limpieza debe ser a seco únicamente. En caso de ser necesaria una limpieza profunda, te aconsejamos acudir a profesionales y tintorerías especializadas que trabajen con este tipo de alfombras y limpieza en seco.
En caso de manchas líquidas, es importante actuar rápido y evitar que la mancha se seque. Primero, debemos remover cualquier material solido si hubiese. Luego, con toallas de papel, trapo o paño, debemos absorber el liquido. Hay que presionar suavemente, y nunca refregar la alfombra, para prevenir que se suelten fibras. Repetir este paso cuantas veces sea necesario. Si la mancha permanece, aplicá una pequeña cantidad de agua tibia y secá utilizando el método ya descripto.
Si la mancha todavía permanece podes limpiarla utilizando una esponja con agua tibia, jabón suave y vinagre blanco, presionando suavemente con pequeños golpes verticales. Repetí la operación las veces que sea necesario.
Si la mancha no puede ser removida con estos métodos caseros, acudí a un profesional. No utilices un removedor de manchas.
En caso de manchas de tierra o barro, siempre dejá secar, y luego con cuidado pasa la aspiradora o quitar a mano.
La lana de oveja, a diferencia de otras fibras naturales, contiene lanolina, sustancia que sirve de repelente de manchas natural y evita que se absorban líquidos.
La aparición de hilos sueltos es común en alfombras tejidas a mano. Para solucionar esto tenemos que empujar con cuidado la hebra hacia adentro, utilizando una aguja de crochet o un instrumento puntiagudo sin filo. Si el hilo es largo hay que repetir el proceso hasta que se encuentre asegurado de nuevo dentro del tejido.
Después de cierto tiempo de uso, es probable que se genere “pillín” (pelusa en forma de pelotillas). Ésto se elimina fácilmente utilizando una maquina de afeitar. Para esto, y con mucho cuidado, hay cortar bien al ras de la alfombra evitando dañar o romper la estructura del tejido.
Es importante rotar nuestra alfombra un par de veces al año, para promover un uso parejo y prevenir el desgaste tanto por la luz del sol, como por el tráfico de personas, y el peso de muebles sobre la alfombra.
Los beneficios de utilizar un antideslizante debajo de la alfombra son varios. Al sumarle espesor, protege nuestra alfombra del peso de los muebles, y obtenemos una alfombra más mullida y cómoda. A su véz, fija nuestra alfombra al suelo, evitando así que se mueva y otorgando mayor seguridad. También ayuda a mantenerla en buen estado de limpieza, permitiendo que el polvo pase a través del tejido y quede depositado en el suelo. Es preferible tener una sola pieza de antideslizante. En caso de usar más de una pieza, no hay que superponerlas sino colocar una al lado de otra sin dejar espacios entre ellas. Nunca coloques un antideslizante o alfombra sobre una superficie sin curar.
Las pestes pueden ser un problema en alfombras de fibras naturales. Estas aparecen en espacios oscuros, húmedos e inaccesibles. Para prevenir su aparición tenemos que mantener la alfombra en espacios limpios, secos y bien aireados. Aspirar en forma regular nuestra alfombra ayuda también a prevenir la presencia de polillas.
En caso de tener problema con polillas o otras pestes, recomendamos acudir a un profesional.
Al tratarse de alfombras teñidas con tintes naturales, debemos evitar la exposición a la luz solar (o a lamparas fuertes como dicroicas) en forma directa y por periodos prolongados. Esto puede derivar en la perdida prematura del color. Nuestras alfombras son para uso interior, nunca en exteriores, dónde pueda sufrir el desgaste del sol o humedades.
Si vas a dejar tu alfombra guardad por un buen tiempo, es importante hacerlo una vez que esté limpia, y ubicarla en algún lugar seco y con ventilación.
El riesgo de la aparición de polillas se ve altamente incrementado cuando guardamos la alfombra. Especialmente en espacios oscuros, húmedos y sin ventilación.
Nunca almacenar la alfombra en bolsas plásticas. La lana puede “transpirar” durante el almacenado y liberar humedad acumulada en las fibras. El plástico no le permite respirar a la alfombra pudiendo causar problemas de olor, o peor aún, problemas reales de moho.
Es fundamental que todas las personas involucradas en la limpieza del hogar estén al tanto de los cuidados que requiere la alfombra.
Recomendamos que las alfombras reciban limpieza profesional al menos una vez cada 1 a 2 años. Esto dependerá del trafico que recibe la alfombra y del espacio en donde está ubicada. Siempre acudir a un profesional con experiencia en lavado de este tipo de alfombras de lana tejidas a mano.
ANDINA no se hace responsable por los posibles daños causados siguiendo las instrucciones de limpieza y cuidado en la presente página. Recomendamos siempre consultar con un profesional de limpieza en caso ante cualquier duda o inconveniente.
Almohadones
Cada almohadón de ANDINA está hecho a mano con materiales naturales y merece un cuidado consciente para conservar su forma y belleza con el paso del tiempo.
Si se derrama algún líquido sobre el almohadón, lo mejor es actuar rápido para evitar que la mancha se fije. Primero, retirá con cuidado cualquier resto sólido. Luego, absorbé el líquido presionando suavemente con un paño blanco limpio o una toalla de papel. Siempre presioná desde los bordes hacia el centro—nunca frotes. Repetí las veces que sea necesario.
Si la mancha persiste, aplicá un poco de agua tibia y repetí el proceso. También podés usar una pequeña cantidad de detergente específico para lana, asegurándote de enjuagar bien para evitar residuos o pérdida de color.
En el caso de manchas secas, se puede usar una mezcla suave de agua tibia, detergente y vinagre blanco. Humedecé un paño blanco con esta mezcla y presioná suavemente sin extender la mancha. Si la marca continúa o tenés dudas, lo ideal es consultar a un profesional en limpieza de fibras naturales.
Las fundas de los almohadones ANDINA se pueden retirar y lavar a mano con agua fría y un detergente suave. Para quitar el relleno, simplemente desatá el nudo de lana que está escondido en la abertura trasera. Durante el lavado, no las retuerzas: masajéalas con cuidado. Luego podés centrifugar en un programa suave y dejar secar extendido al sol.
No guardes los almohadones en bolsas plásticas, ya que pueden generar humedad y decoloración con el tiempo. Lo ideal es mantenerlos en un lugar seco, limpio y con buena ventilación. Revisalos de vez en cuando, especialmente si no están en uso.
Las polillas pueden aparecer en ambientes oscuros y húmedos. Si detectás actividad, consultá a un especialista. La prevención es siempre el mejor cuidado.
Es normal que los textiles hechos a mano presenten hilos sueltos con el uso. Podés empujarlos hacia adentro con una herramienta roma o recortarlos con cuidado. Evitá cortar hilos estructurales. Si tenés dudas, hacé un pequeño nudo seguro cerca de la superficie y cortá el sobrante.
No recomendamos aplicar productos anti manchas. Estos pueden atrapar líquidos y dificultar la limpieza, incluso para profesionales. La lana de oveja contiene lanolina, un repelente natural que ayuda a evitar que las manchas penetren.
Estas recomendaciones se basan en prácticas tradicionales de cuidado. Ante cualquier duda, siempre es mejor consultar a un especialista en limpieza de textiles naturales.
Mantas
Cada manta de ANDINA está tejida a mano con fibras naturales—ya sea lana de oveja o fibra de llama—y requiere un cuidado delicado para conservar su suavidad y carácter.
Las mantas hechas con fibras naturales—como la lana de oveja o la llama—pueden formar pequeñas bolitas con el uso, conocidas como pilling. Esto ocurre por la fricción y es completamente normal; no es un defecto del producto, sino parte natural del material.
Para reducirlas, podés usar una afeitadora para telas o un peine especial para lana. También podés cepillarla suavemente cada tanto. Existen sprays anti-pilling, pero recomendamos métodos naturales siempre que sea posible.
Ante un derrame, actuá de inmediato para evitar que la mancha se fije en las fibras. Retirá con cuidado cualquier resto sólido y luego presioná con un paño blanco o papel absorbente desde afuera hacia adentro—nunca frotes. Repetí hasta que se absorba por completo.
Si la mancha persiste, aplicá una pequeña cantidad de agua tibia y volvé a presionar. También podés usar un poco de detergente específico para lana, pero asegurate de enjuagar bien para no dejar residuos ni afectar los tintes.
Para manchas ya secas, prepará una mezcla suave de agua tibia, detergente y vinagre blanco. Humedecé un paño blanco con la mezcla y dabé suavemente la zona. Si tenés dudas o la mancha no desaparece, contactá a un especialista.
Nunca laves la manta entera ni a mano ni a máquina. Esto puede deformarla o afectar los colores naturales.
Las mantas de llama o lana deben almacenarse adecuadamente para evitar daños por humedad o plagas. Guardalas en un lugar seco, limpio, con ventilación y luz indirecta. Evitá ambientes cerrados y húmedos, y revisalas de vez en cuando.
No uses bolsas plásticas, ya que pueden provocar decoloración con el tiempo. Usá una bolsa de algodón o dejala doblada en un estante que permita el paso de aire.
Si detectás polillas, consultá a un especialista en textiles. La prevención es siempre la mejor opción.
Es común que las mantas tejidas a mano presenten hilos sueltos con el tiempo. Podés empujarlos hacia el interior con una herramienta roma o recortarlos con cuidado, evitando cortar hilos estructurales.
Si no estás seguro, hacé un pequeño nudo cerca de la superficie y cortá el excedente.
No recomendamos aplicar productos anti manchas. Estos pueden atrapar líquidos y dificultar su limpieza. La lana de oveja y la fibra de llama contienen aceites naturales que actúan como una barrera protectora ante manchas.
Estas sugerencias están basadas en prácticas tradicionales para el cuidado de mantas hechas a mano con fibras naturales. Si tenés dudas, lo mejor es consultar a un especialista en limpieza textil.